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martes, 6 de agosto de 2013

Capitulo 44 - What makes you beautiful.

-Barbara-

La trayectoria se ha hecho corta. Los chicos han seguido para adelante en otra furgoneta diferente a la nuestra, en la que vamos Erica, Mireia, Eleanor y yo.
Filipo nos acompaña y otro hombre de seguridad también, todas entramos a la casa de Eleanor, esta noche hemos quedado en que vamos a salir todos juntos y necesitamos cambiarnos. Erica y yo llevamos nuestras maletas a rastras, las dejamos en el salón donde nos ha indicado Ele.
-Sobre las nueve y media pasaremos a recogeros, señoritas- Comenta Filipo dirigiéndose a la entrada. Y después de echarnos una ultima ojeada cierra la puerta, con una sonrisa en su cara.
Eleanor da unas palmadas para captar nuestra atención, la verdad que no ha cambiado nada desde la ultima vez que la vimos Erica y yo, sigue estando preciosa, eso si con el pelo un poco mas largo y Mireia igual, simplemente que ella se ha teñido el pelo a un rubio claro, que combina genial con sus ojos.
-Vosotras podéis cambiaros en la habitación de invitados, Mireia y yo nos cambiaremos en la mía, ¿Os parece?
-Claro.
-Bien, pues subiendo las escaleras la ultima habitación justo enfrente, si necesitáis algo solo pedírmelo chicas.
Mireia y Eleanor sonríen, y desaparecen por las escaleras del atico, es bastante acogedor y bonito. Mi amiga y yo cogemos nuestras respectivas maletas y nos dirigimos hasta la habitación que esta al final del pasillo justo enfrente, tal y como Eleanor nos ha dicho. Esta tiene un tamaño grande, las paredes están decoradas con tonos claros y los muebles son todos perlados o de un blanco imputo, hay un gran espejo que ocupa la mitad de una de las paredes y al lado un vestidor con algo de ropa, tal vez pasada de temporada.
Erica deja su maleta justo al lado del vestidor, se acerca a la ventana y corre la cortina para asomarse, da a la calle principal. Hace un dia raro, algo de frió, pero es soportable, el sol se ha dejado ver un par de veces, pero las nubes han conseguido hacer de Londres un día nublado, aun que bonito.
Coloco mi maleta junto a la de mi amiga. Esta bastante concentrada mirando a algo, tal vez un punto fijo. Hay mucho trafico y mucha gente por las calles, es lo que tienen los fin de semanas. Erica lanza un suspiro al cristal, que se empaña con facilidad, pero al segundo desaparece. Ni rastro.
Se que para ella tampoco ha sido facil ver a Zayn, le sigue queriendo, y el a ella también estoy segurisima de ello, pero para mi amiga la realidad siempre fue distinta a la mia. Ella pensaba que nunca mas se veria en esta situación, en Londres con el chico al que quiere. Las cosas cambian, y las personas también, pero hay algo que se llama destino y es lo único que es imposible de cambiar.
-¿Estas bien?
Me coloco a su lado, la envuelvo en mis brazos, se que necesita un abrazo, la conozco demasiado bien.
Su mirada triste me indica que no lo esta, sus ojos piden a gritos que las lagrimas salgan, pero ella es de esas que no lloran, que piensan que llorar es de débiles y que las lagrimas son reflejo el de la derrota.
Que equivocada esta.
-¿Es por Zayn?
Su respiración entrecortada me muestra que estoy en lo cierto, esta haciendo un gran esfuerzo por no llorar, y sabe que si habla, romperá en el llanto.
-¿No era que le habías olvidado?
Erica suspira, cierra los ojos y mira para otro lado evitando mirarme a los ojos.
-Lo intente, pero nunca pude olvidarme de el.
-¿Y por que intentabas convencerme a mi de que si? ¿Por que te engañabas a ti misma?
-No lose Barbara- Erica muerde su labio inferior, luchando contra las lagrimas- Creía que el si lo habría hecho, que el si se habría olvidado de mi, y por eso intentaba engañarme a mi misma de algo que no era, intentaba concienciarme de que yo también le había olvidado, que lo había superado y que Zayn había pasado a ser una hoja en blanco en mi diario.
-¿Cuando supiste que te equivocabas?
-En realidad siempre, pero hace cuatro semanas fue un día clave, después de dos años sin verle, sentí de nuevo lo que nadie me había hecho sentir nunca. Solo el.
Las palabras de mi amiga suenan tan sinceras, nunca se había expresado ni abierto tanto como hoy, ni siquiera conmigo. Sonrio y agarro su mano.
Erica esta cabizbaja, agarro su menton y lo elevo, hago que sus ojos me miren.
-¿Sabes lo que vas ha hacer?
Erica niega.
-Ser feliz- Sonrio, ella también lo hace.
-Debéis hablar, Zayn sigue hasta las trancas de ti, puedo asegurarte lo y sino pregúntaselo a quien quieras. No podéis hacer el tonto, no podéis perderos. Esto es una segunda oportunidad que no esta regalando la vida Erica, y ni tu ni yo la vamos a desperdiciar, por que nadie nos asegura de que habrá una tercera.
-Lo se, pero tengo miedo.
-¿Miedo de que?
-De que las cosas no salgan bien.
-Erica, algo que no empieza no puede acabar, así que no vengas con tonterías.
Erica me sonrie mientras su brazos me rodean.
-Muchísimas gracias- Susurra.
-¿Como que muchísimas gracias? Son 200 euros, bueno, libras- Rió escandalosamente al ver la cara de mi amiga.
-Eres idiota- Responde.
-Y tu una perra por hacerme creer que no tenias sentimientos- Contesto divertida.
Las dos nos fundimos en un ultimo abrazo, necesitamos vestirnos y arreglarnos, hoy la noche promete.

Las cuatro nos hemos puesto vestidos largos, yo llevo el pelo recogido en un moño, Erica lo lleva suelto y rizado, Mireia ondulado y Eleanor lo lleva completamente liso. El coche se para, y la puerta se abre, Filipo extiende su mano hasta mi.
-Es hora de bajar- Comenta mirándome fijamente.
Acepto su mano y la agarro, con delicadeza me ayuda a bajar del vhiculo, enfrente hay un restaurante con una pinta exquisita, las demás se quedan dentro, mirándome con atención.
-Venga bajar, que no tenemos toda la noche.
Hay un pequeño silencio entre mis amigas y yo.
-No vamos a bajar, todavía- Dice Eleanor.
-¿Por que?
-Pues por que vamos a esperar a que Filipo aparque dentro del parkin y asi ya salimos desde ahi directas al restaurante.
-Si, ademas asi puedes ir cogiendo tu la mesa, esta reservada.
Me sorprendo, pero acepto con rapidez, hace mucho frio alli fuera, solo quiero poder entrar de una maldita vez.
-Esta bien, no tardéis.
Las chicas me lanzan un beso y cierran la puerta del coche.
-¿Te acompaño hasta adentro?
-No hace falta Filipo, muchas gracias.
Le doy un pequeño beso en la mejilla y ando hasta la entrada.
Bonito lugar, pienso mientras el servicio de alli me abre la puerta.
-Bienvenue mademoiselle- Comenta en un frances extraordinario mientras me hace una pequeña reverencia.
Le sonrió y paso adentro, aquel restaurante parece de lo mas caro y exclusivo de la ciudad, y yo no llevo mucho dinero suelto que se diga.
Otro señor con uniforme, muy formal, se acerca a mi con una pequeña libreta en su mano.
-¿Usted es la señorita Smith?
-Si
El hombre apunta algo en ella y me mira de nuevo.
-Pues si es tan amable, acompáñeme, el señorito la esta esperando en la mesa.
¿Que señorito? Camino muy pegada aquel hombre, no parece mayor, tal vez de los sesenta no pase, pero tiene el pelo algo canoso y barba, parce muy servicial y educado. La gente me mira con atención, ignoro los cuchicheos y las miradas descaradas, tal vez sea por que ellos están esperando una cola infinita y yo llego de las ultimas y me cuelo. Puede ser.
Mi mirada vaga perdida por el inmenso restaurante, hay muchísima gente, decenas, cientos de murmullos abundan en el lugar, las mesas todas llevan el mismo decorado floral y el mismo mantel de un tono rojizo, pero hay una que destaca por una particularidad, la persona que esta sentada en ella.
Nuestros ojos se encuentran a metros de distancia, Harry se levanta de su silla y sonrie.
Oh dios, sus hoyuelos son mi perdicion, y su preciosa sonrisa, si, cuanto la he echado de menos.
-Hola- Comento acercándome hacia el.
Harry agarra mi mano y la besa con suma delicadeza.
Un pequeño cosquilleo recorre todo mi estomago, que sensacion tan satisfactoria hacia mucha tiempo que no la notaba.
Harry aparta mi silla de la mesa, me siento y la arrima de nuevo.
-Gracias- Comento quitándome el abrigo que hace varios minutos ya empezaba a sobrar. Madre mia, alli hace un calor de mil demonios.

-Harry-

No puede ser que ya este sudando, ha sido llegar ella y ponerme aun mas nervioso. Espero que no se me note mucho. Barbara esta preciosa esta noche, creo que mas que nunca, su tez morena resalta aun mas sus ojos, y el pelo recogido le queda extremadamente bien, aun que ella siempre dijera lo contrario. O eso creo recordar.
Esboza una pequeña sonrisa, que altera a mi sistema nervioso. ¿Como lo consigue? Se supone que deberia estar preparado para estas situaciones,¿No?
Soy un personaje famoso, no es posible que no me ponga nervioso actuar delante de miles y miles de personas, y ahora mismo este como un maldito flan.
-Los demas no van a venir, ¿No?
La miro a los ojos y sonrio timido.
Barbara carcajea.
-Bien, pues cenemos tengo mucho hambre.
Coje la carta, distraída, parece muy relajada como si esto lo hiciera todas las semanas.
Y a lo mejor lo haciamos, ella y yo ibamos todas las semanas ha cenar a restaurantes, me frusta no poder recordar algunas cosas aun, pero gracias a tratamientos y ayuda tanto psicologica como la de mis amigos, he ido recuperando la memoria poco a poco.
Es tan satisfactorio el sentir que te preguntan por algo o por alguien y lo recuerdes, y algo que parece tan normal para todo el mundo, para mi era imposible hace un años atras.
-¿Saben ya que van a a pedir los señores?
Barbara me mira, aguanta la risa y se echa las manos a la cara, no entiendo de que se rie, hasta que miro al camarero. Tiene un poco de salsa de tomate arriba de el labio superior. Me llevo las manos a la boca ante la atenta mirada del  hombre, Barbara esta roja, parece que va a explotar y a mi ganas no me faltan.
-No, todavía no- Consigo decir después de respirar mentalmente varios segundos.
El camarero nos mira algo confuso, pero se marcha con una sonrisa.
Barbara explota y empiez a reír como si no hubiera mañana, la imito, esto no pasa todos los dias. Escucho con atención su risa, el sonido de ella, es tan dulce como su voz, ahora lo recuerdo. Algunos vagos recuerdos pasan por mi mente. Varias mesas nos miran, sobre todo gente mayor, que es casi de lo unico que esta constituido aquel restaurante.
-¿Que miran tanto? Me ponen nerviosa -Comenta algo roja, ahora mismo no se si es de reirse o de la verguenza.
-A ti, y a lo preciosa que estas esta noche.
Barbara para de reirse, se queda muda, y su tono aumenta a un rojizo mas pronunciado, me mira con ternura y esboza un sonrisa. Dios, no sigas sonriendo asi, o no podre resistirme las ganas de besarte.
Es demasiado adorable, ¿Como pude dejar escapar a una chica asi? Me siento un estupido, pero ahora enmendare todos mis errores, uno a uno, y hare que esto vuelva a funcionar.
-Sigues siendo tan mentiroso como te recordaba, Harry- Barbara ríe y tapa su campo de visión con la carta.
-Eh.
Aparto la carta y la miro a los ojos. Ella también lo hace.
-¿Por que? ¿Tanto se me nota que he mentido y que estas feisima?
Barbara abre la boca y su mentón cae.
-Imbecil- Susurra tapándose de nuevo con la carta.
Sonrio. Adoro estos momentos, y los echaba de menos.
Barbara baja la carta hasta la altura de su nariz, me observa fijamente, luego baja aun mas y aquel librito plastificado con miles de comidas se queda a la altura de su menton, Barbara gesticula y me saca la lengua, luego rie y deja la carta a su lado.
Dios ¿Por que eres tan perfecta? ¿Y como puedo llegar a quererte tanto?

-Erica-

Alcanzo a mirarle de reojo. Resoplo, estoy nerviosa, quiero hablar con Zayn pero no se si el estará por la labor.
Noto una mano en mi hombro, me giro y veo a Liam con una gran sonrisa mirandome.
-¿Que te pasa? Estas distraida
Me cruzo de brazos y con mi mano derecha me acaricio el brazo contrario. Esto es dificil para mi, demasiado difícil y nose como expresar mis sentimientos. ¿Hablo con Liam? El es su mejor amigo, sabra todo sobre Zayn.
-Liam, ¿Podemos hablar a solas?
Este me mira algo sorprendido, pero acepta de inmediato.
Nos apartamos del resto, con una mala excusa y caminamos hacia aquel Mc Donalds en el que tenemos previsto cenar algo.
-¿Que pasa?
-Veras- Suspiro- Esto es muy difícil para mi, ya sabes, hace tanto tiempo que no nos vemos..
-Me estas asustando, Erica- Comenta Liam situándose enfrente de mi.
Le miro a sus castaños ojos y esbozo una sonrisa.
-Todavía sigo queriendo a Zayn.
No se si e hecho bien en decirlo, Liam me mira algo atónito pero inmediatamente sonrie, eso significa algo bueno, ¿No?
Liam acaricia mi brazo y me pide un minuto, veo como se aleja a paso rapido, ¿A donde demonios va? No puede dejarme asi, necesito saber mas. Pero de repente, veo como se acerca a Zayn, le dice algo al oido que solo el puede escuchar, sus ojos me buscan en la oscuridad de la noche, y aciertan a dar conmigo debajo de una farola.
Se me encoge el corazón, noto como se me corta la respiración y mis ojos se abren como platos. Me pongo nerviosa, siento como las piernas me flaquean cuando veo como Zayn se aleja de los demás y se dirige hacia donde yo me encuentro. Las manos me sudan bastante y eso que hace algo de frió aquí fuera, mi sangre fluye mas rápido de lo habitual y eso hace que mi corazón comience a bombear a una velocidad de vértigo, hasta Zayn si agudizara el oído podría escuchar los latidos de mi corazón, yo los escucho.
Sus paso cada vez acortan mas la distancia entre el y yo, ¿Y si me voy corriendo? ¿O finjo un desmayo? Si, eso estaría bien, cualquier cosa antes que enfrentarme a esta situación, pero es demasiado tarde, Zayn se coloca justo enfrente mia, Dios mio, sigue siendo igual o mas guapo de lo que creia, hacia bastante tiempo que no le tenia a tan pocos metros de mi.
-Pues hace frió, ¿No?
Suelto aquello sin mas, sin pensarlo, no se que estoy diciendo estoy demasiado nerviosa.
Veo como Zayn rie, debe de estar pensando que soy una estúpida.
-Demasiado, con el buen tiempo que se había quedado..
-Ya ves..
Esta vez la que ríe soy yo... Dios, necesito besarle. Ya.